La mayoría de las personas desean envejecer, pero cuando se
trata de aceptar el paso de los años por nuestro cuerpo, todas se resisten y
comienza la debacle física, mental, emocional, sexual y de actitud hacia el
inevitable envejecimiento.
a)
Una manifestación común, es la no aceptación de
muchas personas para acudir al médico Geriatra; aunque esta especialidad aún no
cuenta con el número suficiente de médicos que se dediquen a ella y la proporción
demográfica supera con mucho la capacidad que estos tendrían para atender a
toda la población de adultos mayores; resulta que los pocos que existen en la
medicina tanto privada como institucional. Si son suficientes paradójicamente para
la demanda de los adultos mayores.
Porque sucede esto? Porque la mayoría de la población
se resiste a aceptarse como una persona que ha envejecido y por ende, para
ellos, los geriatras solo deben atender a los muy viejos de 80 años o más y no
entienden o no quieren entender que el geriatra es el especialista que maneja
la medicina interna de los adultos mayores de 60 años, tanto enfermos como sanos;
pues se trata de prevenir, tratar y rehabilitar todas las enfermedades que nos
aquejan en esta población. Por si fuera poco, en las instituciones de salud de
este país; los mismos médicos de otras especialidades y las políticas de salud,
no obligan a los adultos de 60 años a visitar al geriatra, sino que lo
canalizan con el médico internista, médico familiar o médico general; esto es
tan erróneo como si a los niños en lugar de mandarlos con el pediatra los enviáramos
con esas mismas especialidades.
Es decir la conciencia individual y
colectiva social, aun no comprende el papel del médico especialista en Geriatría,
en muchos países del mundo.
b)
Otro error común en las áreas médicas, es
considerar que el geriatra solo ve enfermedades y pacientes terminales o
aquellos que otros no han podido curar durante toda su vida; Por tanto es común
observar en la consulta privada a pacientes con dolores crónicos, aquellos en
fase terminal de un cáncer o alguna enfermedad crónica o enfermos con demencias
que ningún otro médico desea tratar.
c)
En el momento que una persona percibe que está
envejeciendo, en lugar de acudir a el geriatra para orientación hacia un
envejecimiento exitoso; lo primero que realiza es la visita al cirujano plástico
para modificar por cirugía el paso del tiempo, al menos en apariencia;
prefieren pagar miles de pesos en una ritidectomía, blefaroplastia, botox,
lipectomia o prótesis, en vez de someterse a un chequeo médico y prevenir a
tiempo, los padecimientos que estén incubando. Incluso las consultas a un
esteticista para el arreglo de su cabello o algún Spa, son más socorridas, por
las pobres almas atormentadas por la edad, que esperan con estas corrientes auto
engañarse para sentirse más jóvenes. La moda de Spas, clínicas de belleza,
rejuvenecimientos, gimnasios va en aumento, gracias a la falta de madurez
social, al gran terror que se vive por el “viejismo” y al síndrome del
avestruz; prefieren evitar la verdad ineludible de la vejez, a cambio de un
espejismo transitorio, de una aparente belleza y juventud efímera artificial.
Obvio los medios de comunicación y
la industria de la belleza contribuyen negativamente a estas tendencias.
d)
Una ves que la persona asume el papel de ser
viejo, con todo lo que esto conlleva en nuestra sociedad, entonces es como si
tirara la toalla, sus primeros pensamientos son; el deseo de muerte, el ingreso
a un asilo y el “Ya para que” ya estoy muy viejo para todo. Lo mejor es morirme
¡ya!
Justamente esta etapa depresiva, es la
gasolina que impulsara su organismo al declive acelerado de un síndrome de
fragilidad, el cual se provocara de manera vertiginosa si existe el aislamiento
social o si se cumple su objetivo de irse a un asilo o algún centro de día con
personas más viejas y deterioradas de lo que ella es.
Es obvio también que en esta etapa tampoco querrán
acudir al Geriatra para revisión o tratamientos, pues no quieren gastar o hacer
gastar a sus hijos; “ya nada tiene sentido en su vida y menos la prevención medica”.
e)
Por su parte los hijos enfrentan una vida difícil
en medio de crisis económicas mundiales, desempleos y sus propios problemas
familiares y de salud. Por tanto al verse sorprendidos por unos padres ancianos
que sublimemente, desean no darles problemas y que irónicamente al morir,
muchos aliviaran momentáneamente las penas económicas de sus familias. Pues
deciden sin gran meditación concederles la eutanasia pasiva a sus padres: “Al
fin es su deseo, o no?” Que acaso al enviarlos a un asilo o guarderías, no estarán
sus padres mejor vigilados? Se supone que esos lugares brindan ayuda
profesional y por tanto ellos mejoraran sin duda su envejecimiento, o no?
La respuesta lamentablemente es NO, Porque
la capacidad de esos lugares y la atención que se puede brindar, no tiene nada
que ver con la vida que todos llevamos dentro de una integración familiar, es
decir, los amigos desconocidos, las sonrisas extrañas y las instalaciones de
lujo; Nunca podrán suplir o semejarse a su propia familia sus seres queridos,
su sangre y su hogar natural. Solo aquellos que viven en soledad y abandono
social con descuido, podrían obtener un beneficio, pues de un nada a algo; es
mejor, algo.
f)
En la etapa de mayor necesidad económica para
medicamentos, estudios paraclínicos y complementos de salud; se presenta la
mayor carencia económica de las personas. Solo una pequeña proporción de los
adultos mayores, cuenta con previsión económica y un plan adecuado de jubilación;
la mayoría olvida su estado financiero y por tanto no saben cómo hacerle frente
a sus necesidades futuras. Eso los vuelve dependientes de los hijos y sujetos
de un gran riesgo para el abuso y maltrato tanto familiar como exterior.
Habrá unos cuantos quien en su momento de
gloria puedan lograr un fuerte patrimonio, pero si llegan a la vejez sin la suficiente
previsión legal, podrán encontrarse con la sorpresa más frecuente de lo que
pensamos, de ser despojados de sus bienes por sus propios hijos y abandonados
en algún lugar o hasta en la misma calle.
Concluyo; Que la Ironía de esta especialidad es tener que
tratar más a los familiares con sus diferentes intereses propios y pensamientos
que acuden acompañando a despojos de ancianos abandonados a su suerte por si mismos,
quienes muchas veces ya renunciaron a la vida o a la salud e incluso nos
manifiestan “Venir a consulta a fuerza o engañados” lamentablemente incluso aun
cuando ellos los traen, muchos de esos hijos no siempre están en favor de sus
ancianos, sino que desean aparentar su interés socialmente, por algún motivo.
Eso lo descubrimos fácilmente, cuando renuncian a seguir las visitas periódicas
y la vigilancia, cuando nos pretextan el costo muy alto para ellos de los
medicamentos o los estudios, o bien cuando nunca siguen las indicaciones que el
medico da para el mejor cuidado de sus pacientes. Como es de esperar, todos
estos familiares solo visitan al geriatra pocas veces y acaban renunciando a
los cuidados tempranamente.
Por tanto, pocos piensan que el Geriatra puede ser en realidad, un preparador fisico, mental y social para lograr que las ultimas decadas de la vida sean las mejores desde el punto de vista de la salud, logrando para nosotros menor dependencia y haciendo que podemos vivir con menos dolencias y secuelas de enfermedades que pudieron ser previsibles en su momento.
Por tanto, pocos piensan que el Geriatra puede ser en realidad, un preparador fisico, mental y social para lograr que las ultimas decadas de la vida sean las mejores desde el punto de vista de la salud, logrando para nosotros menor dependencia y haciendo que podemos vivir con menos dolencias y secuelas de enfermedades que pudieron ser previsibles en su momento.
Lo que debería prevalecer en la consulta médica geriátrica especializada
es un mayor número de adultos que desean e intentan lograr un envejecimiento
exitoso, personas que vienen por si mismas demostrando que no han renunciado a
la vida, sino que se aferran por integrarse en esta sociedad cuya juventud los
rechaza; Personas ávidas de vivir verdaderamente y de conocer o aprender hasta
el último de sus días, con una actitud de valentía y sabiduría manteniendo su organismo en el mejor estado de salud posible. Mis felicitaciones para ellos,
sin duda que su legado será luz para muchas otras personas.
DR VICTOR FDO VILLA ESTEVES
Geriatra