domingo, 29 de noviembre de 2015

LA VEJEZ HUMILLA A LA VERGUENZA


Dr Victor Fernando Villa Esteves

Desde pequeños, los seres humanos adquieren el instinto del pudor  definiendo a este como la vergüenza de exhibir el propio cuerpo desnudo o tratar temas relacionados con el sexo. El pudor constituye por lo tanto un elemento de la personalidad que intenta proteger la intimidad, aquello que nos da pudor es algo que no se quiere mostrar o hacer en público.
El pudor está muy relacionado con las costumbres de cada sociedad en un momento dado, así por ejemplo, durante el imperio romano los negocios se realizaban mientras las personas estaban haciendo uso de las letrinas. Pero ya en el siglo XVIII se consideraba de poca educación desnudarse delante de otros, sin embargo, hoy día los topless invaden muchas de nuestras playas. Sin embargo las mujeres siempre han mostrado más pudor que los hombres para exhibirse desnudas.
El pudor no es igual en todas las personas ni sexos, habrá quien se avergüenza con una simple vestimenta o un comentario, en tanto para otros les generaría una total indiferencia, incluso les despierta hasta agrado el exhibirse.
El pudor comienza a partir de los 3 años de edad, cuando el niño toma conciencia de su cuerpo y de cómo lo ven los demás; en esa edad puede comenzar a exigir su privacidad, representando la señal de su identificación personal como ser sexuado.
La vergüenza es por tanto un sentimiento de incomodidad que surge muchas veces de lo que la persona considera que atenta contra su pudor.
La amígdala cerebral es la estructura encargada de controlar la inhibición o medir el peligro en las personas, regula y controla las emociones en especial de  miedo, ósea que un adulto con daño en esta zona no mide ni el peligro, ni las repercusiones de sus actos.
Los asilos están orientados hacia el cuidado médico, alimento y asepsia del cuerpo y no hacia la mente, el personal tiene por lo general una preparación mínima hacia las características mentales de una persona enferma y envejecida. Por tanto las barreras generacionales, los cambios de costumbres sociales actuales con tendencia a la ruptura de limites morales y éticos, así como la costumbre más frecuente de ingresar a un asilo, consiguen que la vejez se enfrente por la fuerza al sentimiento de la vergüenza y pudor propio de los seres humanos y acabe siendo humillada y extinguida obligadamente de la vida de los adultos mayores.
Te has puesto a pensar que será de tu vejez? Quien te cuidara si llegas a la etapa de la dependencia y quien o quienes serán las personas encargadas de tu aseo genital?
En alguna ocasión una paciente me dijo con tono irónico  “Y pensar que fui señorita toda mi vida, en mi juventud apenas y mostraba mis tobillos con mi vestimenta y jamás ningún hombre o mujer conocieron mis partes íntimas y en cambio aquí en el asilo, con tanto cambio de personal y tanta gente desconocida, no me ha quedado ninguna vergüenza ya, pues todos a estas alturas conocen mi cuerpo incluso más que yo”.
Esa es una de las grandes verdades de la vejez; Nunca sabrás quien será la persona encargada de tu cuidado durante los últimos años de tu vida, aquellas personas que piensan que sus hijos se encargaran de su aseo personal, les puedo confiar que en menos del 5% de mis pacientes los hijos se encargan de esta labor, en la mayoría de los casos, los hijos se avergüenzan de esta acción y rechazan realizarla, por lo cual se contrata a personal externo como cuidador de los ancianos y ellos son los que bañan y efectúan el aseo genital cotidiano de los adultos mayores.
Por tanto, el pudor y la vergüenza habrán por fuerza que ser considerados por nosotros como un cambio obligado en los últimos años de nuestra vida, si llegamos a una vejez dependiente.
Que podemos hacer para evitar la vejez dependiente y sus consecuencias?
 A mayor dependencia, mayor será la posibilidad de enfrentarnos en la vejez a la vergüenza, de tal manera que toda intervención que tengamos en la juventud para mantener nuestra salud, nos favorecerá.
      A)    Mantener nuestro peso en límites sanos.
Aunque muy difícil de lograr este aspecto por las tendencias al acumulo de grasa en los adultos, a una mayor tendencia al sedentarismo y un metabolismo disminuido, así como los factores ambientales y genéticos que tenemos.
Estamos obligados a pensar que una persona con sobrepeso tendrá problemas de movilidad y flexibilidad corporales, que harán que su auto-higiene corporal se torne dependiente; por tanto, hacer ejercicio, disminuir la ingesta calórica y realizar ejercicios de flexibilidad nos ayudaran en la prevención de este problema.
     B)     Conserve en buen estado sus articulaciones.
Al igual que el punto anterior la mejor manera de mantener nuestras articulaciones en buen estado, es mantener la función mediante una rutina básica de ejercicios de fortaleza, flexibilidad y equilibrio.  Teniendo cuidado en evitar a toda costa en la juventud los deportes extremos y la vigorexia.     
     C)     Cuidado mental.
Sabemos que evitar la demencia o algún padecimiento neurológico degenerativo es casi imposible, sin embargo un diagnóstico oportuno de estas enfermedades limitan y atrasan sin duda la aparición de la dependencia temprana, solo mediante exámenes oportunos de evaluación geriátrica el medico podría ayudarnos. Recuerde la mente sana en un cuerpo sano, prolongan la independencia.
      D)    Hábitos sanos:
Insistimos como en todo aspecto de salud, que el tabaquismo, el alcoholismo, la drogadicción, la farmacodependencia, el stress y la falta reparador, o problemas de la salud mental, condicionaran en la vejez una dependencia temprana; por tanto toda medida encaminada a abolir estos aspectos, intervendrá positivamente en nuestro futuro.  Aunque no tengas síntomas, es fundamental acudir a medico periódicamente y realizarte tu check up anual para prevenir complicaciones futuras.

CONCLUSION:
Los adultos mayores dependientes son aquellos que han envejecido con alguna enfermedad crónica degenerativa, sobrepeso, alteración mental y poca capacidad de movimiento, secundarios a toda una vida de malos hábitos y síntomas que no fueron diagnosticados ni tratados oportunamente.
Prevenir o retrasar al máximo la dependencia y la vergüenza en la vejez, dependerá con mucho de la conciencia que tú adoptes desde tu juventud, animo!

    

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