Dr Victor Fernando Villa Esteves
Desde
pequeños, los seres humanos adquieren el instinto del pudor definiendo a este como la vergüenza de
exhibir el propio cuerpo desnudo o tratar temas relacionados con el sexo. El
pudor constituye por lo tanto un elemento de la personalidad que intenta
proteger la intimidad, aquello que nos da pudor es algo que no se quiere mostrar o
hacer en público.
El pudor está
muy relacionado con las costumbres de cada sociedad en un momento dado, así por
ejemplo, durante el imperio romano los negocios se realizaban mientras las
personas estaban haciendo uso de las letrinas. Pero ya en el siglo XVIII se
consideraba de poca educación desnudarse delante de otros, sin embargo, hoy día
los topless invaden muchas de nuestras playas. Sin embargo las mujeres siempre
han mostrado más pudor que los hombres para exhibirse desnudas.
El pudor no
es igual en todas las personas ni sexos, habrá quien se avergüenza con una
simple vestimenta o un comentario, en tanto para otros les generaría una total
indiferencia, incluso les despierta hasta agrado el exhibirse.
El pudor
comienza a partir de los 3 años de edad, cuando el niño toma conciencia de su
cuerpo y de cómo lo ven los demás; en esa edad puede comenzar a exigir su
privacidad, representando la señal de su identificación personal como ser
sexuado.
La vergüenza
es por tanto un sentimiento de incomodidad que surge muchas veces de lo que la
persona considera que atenta contra su pudor.
La amígdala cerebral
es la estructura encargada de controlar la inhibición o medir el peligro en las
personas, regula y controla las emociones en especial de miedo, ósea que un adulto con daño en esta
zona no mide ni el peligro, ni las repercusiones de sus actos.
Los asilos están
orientados hacia el cuidado médico, alimento y asepsia del cuerpo y no hacia la
mente, el personal tiene por lo general una preparación mínima hacia las características
mentales de una persona enferma y envejecida. Por tanto las barreras
generacionales, los cambios de costumbres sociales actuales con tendencia a la
ruptura de limites morales y éticos, así como la costumbre más frecuente de
ingresar a un asilo, consiguen que la vejez se enfrente por la fuerza al
sentimiento de la vergüenza y pudor propio de los seres humanos y acabe siendo humillada
y extinguida obligadamente de la vida de los adultos mayores.
Te has
puesto a pensar que será de tu vejez? Quien te cuidara si llegas a la etapa de
la dependencia y quien o quienes serán las personas encargadas de tu aseo
genital?
En alguna ocasión
una paciente me dijo con tono irónico “Y pensar que fui señorita toda mi vida, en
mi juventud apenas y mostraba mis tobillos con mi vestimenta y jamás ningún hombre
o mujer conocieron mis partes íntimas y en cambio aquí en el asilo, con tanto
cambio de personal y tanta gente desconocida, no me ha quedado ninguna vergüenza
ya, pues todos a estas alturas conocen mi cuerpo incluso más que yo”.
Esa es una
de las grandes verdades de la vejez; Nunca sabrás quien será la persona
encargada de tu cuidado durante los últimos años de tu vida, aquellas personas
que piensan que sus hijos se encargaran de su aseo personal, les puedo confiar
que en menos del 5% de mis pacientes los hijos se encargan de esta labor, en la
mayoría de los casos, los hijos se avergüenzan de esta acción y rechazan
realizarla, por lo cual se contrata a personal externo como cuidador de los
ancianos y ellos son los que bañan y efectúan el aseo genital cotidiano de los
adultos mayores.
Por tanto,
el pudor y la vergüenza habrán por fuerza que ser considerados por nosotros
como un cambio obligado en los últimos años de nuestra vida, si llegamos a una
vejez dependiente.
Que podemos hacer para evitar la
vejez dependiente y sus consecuencias?
A mayor dependencia, mayor será la posibilidad
de enfrentarnos en la vejez a la vergüenza, de tal manera que toda intervención
que tengamos en la juventud para mantener nuestra salud, nos favorecerá.
A) Mantener nuestro peso en límites
sanos.
Aunque muy difícil de lograr este aspecto por las tendencias al acumulo
de grasa en los adultos, a una mayor tendencia al sedentarismo y un metabolismo
disminuido, así como los factores ambientales y genéticos que tenemos.
Estamos obligados a pensar que una persona con sobrepeso tendrá problemas
de movilidad y flexibilidad corporales, que harán que su auto-higiene corporal
se torne dependiente; por tanto, hacer ejercicio, disminuir la ingesta calórica
y realizar ejercicios de flexibilidad nos ayudaran en la prevención de este
problema.
B) Conserve en buen estado sus
articulaciones.
Al igual que el punto anterior la mejor manera de mantener nuestras
articulaciones en buen estado, es mantener la función mediante una rutina básica
de ejercicios de fortaleza, flexibilidad y equilibrio. Teniendo cuidado en evitar a toda costa en la
juventud los deportes extremos y la vigorexia.
C) Cuidado mental.
Sabemos que evitar la demencia o algún padecimiento neurológico degenerativo
es casi imposible, sin embargo un diagnóstico oportuno de estas enfermedades
limitan y atrasan sin duda la aparición de la dependencia temprana, solo
mediante exámenes oportunos de evaluación geriátrica el medico podría ayudarnos.
Recuerde la mente sana en un cuerpo sano, prolongan la independencia.
D) Hábitos sanos:
Insistimos como en todo aspecto de salud, que el tabaquismo, el
alcoholismo, la drogadicción, la farmacodependencia, el stress y la falta
reparador, o problemas de la salud mental, condicionaran en la vejez una
dependencia temprana; por tanto toda medida encaminada a abolir estos aspectos,
intervendrá positivamente en nuestro futuro.
Aunque no tengas síntomas, es fundamental acudir a medico periódicamente
y realizarte tu check up anual para prevenir complicaciones futuras.
CONCLUSION:
Los adultos mayores dependientes son aquellos que han envejecido con
alguna enfermedad crónica degenerativa, sobrepeso, alteración mental y poca
capacidad de movimiento, secundarios a toda una vida de malos hábitos y síntomas
que no fueron diagnosticados ni tratados oportunamente.
Prevenir o retrasar al máximo la dependencia y la vergüenza en la vejez, dependerá
con mucho de la conciencia que tú adoptes desde tu juventud, animo!
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