martes, 3 de noviembre de 2015

Sera Confusion o Tiene Alzheimer?

Autor: Dr. Víctor Fernando Villa Esteves*

Algún día, podríamos vernos sorprendidos de un cambio de conducta repentino en algún familiar adulto mayor, un cambio de conducta que lo puede llevar a desarrollar una incapacidad. 
Es importante saber diferenciar de qué se trata esa incapacidad mostrada, es decir, si obedece a una enfermedad reversible o a un proceso demencial incurable. 
Existe un sindrome de frecuente cuestionamiento por parte de los familiares en las fases tempranas de una afección, es un tipo común de incapacidad que le impide o lo limita para realizar labores cotidianas de manera habitual y coherente, a este se le conoce como "Confusión o Síndrome Confusional"
Tal síndrome, es un cuadro clínico transitorio frecuente en cualquier edad, que se da mucho en los ancianos, ya que ellos tienen una predisposición que obedece al propio proceso de envejecimiento, en el que podemos encontrar una tendencia al deterioro cerebral, aunada a sus múltiples enfermedades y sus respectivos tratamientos farmacológicos, los que generan una dificultad diagnóstica para lograr encontrar la causa misma de la confusión.
El síndrome confusional, se caracteriza por una alteración de la atención y de la cognición (capacidades intelectuales), así como por tener un inicio agudo y un curso fluctuante. Su aparición es mas frecuente en pacientes adultos hospitalizados, por causas médicas o quirúrgicas. En este estado la persona no puede pensar con la rapidez, claridad y coherencia acostumbradas, se encuentra desorientada y es incapaz de prestar atención y concentrarse en alguna tarea dada; los pacientes no pueden recordar hechos inmediatos, su percepción está disminuida y pueden sufrir alucinaciones visuales o auditivas, que para ellos tienen un gran realismo, lo que los torna en difíciles de manejar.
El delirio es considerado un cuadro confusional agudo extremo desde el punto de vista de algunos neurólogos; sin embargo, para los psiquiatras no existe diferencia entre delirio y el síndrome confusional. El DSM-IVr (the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, en inglés) considera al delirio como una alteración de la conciencia y cambio en la cognición que se desarrolla en un breve período de tiempo.
Desde mi punto de vista y la geriatria, SI existe una diferencia clínica entre una confusión leve y un cuadro de delirio, pudiendo considerarse éste último como un estado de confusión mayor, con agitación y que suele acompañarse principalmente de alucinaciones. La diferencia es más clara en los pacientes con demencia. En pacientes con demencia y sin confusión podemos notar más fácilmente tal cambio de comportamiento pues a pesar que esta persona, por lo general, manifiesta un estado de conciencia integro (despierto) con problemas de memoria y retención. Por otra parte, muestra una capacidad de atención buena al interrogatorio, contesta todas las preguntas, permanece sentado y tranquilo, obedece las órdenes simples, reconoce a sus familiares, es capaz de construir frases breves, y muestra un deterioro en la expresión verbal o motora acorde al tiempo que lleva con la enfermedad (por lo general llevaría algunos meses con cambios de una manera progresiva).
A diferencia de la descripción anterior, para pacientes con demencia y sin confusión, para un paciente con un cuadro confusional agudo se ha descrito que éste se inicia de forma brusca, casi siempre secundaria o coincidente con algún evento hospitalario, de salud o un cambio de medicamentos; su conciencia está alterada; casi siempre está somnoliento; su lenguaje es incoherente, desorientado; es incapaz de prestar atención a su entorno y olvida los eventos ocurridos; se puede mostrar ansioso, agitado, temeroso, desconfiado e irritable; la familia refiere alteraciones en el sueño y durante el día se observa hiper o hipo activo, teniendo tambien cambios emocionales extremos como depresión, ansiedad, euforia o apatía.
Es importante señalar que una enfermedad demencial puede desarrollarse con o sin un cuadro confusional la mayoría de las veces en la etapa moderada a severa, y que un caso confusional se puede presentar sin que necesariamente esté ligado a una demencia. La circunstancia de la simultaneidad de los padecimientos descritos, hace aún más dificultoso el diagnóstico de estos pacientes, por lo que sólo el médico especialista podrá notar la diferencia entre unos y otros tipos de afecciones.
Según Antonio Rey Pérez**, la diferencia entre delirio y demencia puede apreciarse en la valoración de algunas características, tal como se indica a continuación:
Características                                      Demencia                         Delirio
Inicio                                                           Insidioso                        Agudo
Duración                                                      Crónica                         Breve
Curso                                                           Estable                       Fluctuante 
Conciencia                                                   Lucida                        Alterada
Atención                                                      Buena                         Alterada
Memoria                                                      Alterada                      Alterada
Desorientación                                            No Precoz                   Precoz
Alucinaciones                                                 Raras                      Frecuentes
Afecto                                                            Inestable                  Irritable
Actividad                                                     Conservada              Alta o Baja
Pensamiento                                                 Pobre                         Rico          
Sueño                                                           Igual                         Alterado
Causa                                                      Neurológica              Sistémica y Central
Pronóstico                                                   Malo                        A Menudo Reversible

Como familia, es importante hacer seguimiento a nuestros adultos mayores de estas características y de sus cambios de conducta e incapacidades asociadas, de manera que una generosa y completa descripción sirva de insumo de primer orden para el médico que debe hacer el diagnóstico.
A continuación, presentare algunos datos de interés relacionados con el Síndrome Confusional y el delirio.
Frecuencia. Se estima que entre un 10 - 60% de los pacientes de edad avanzada hospitalizados por problemas médicos presentan el síndrome confusional; aquellos que son sometidos a cirugía lo tienen hasta en un 10%; y un paciente terminal lo tiene en un 80% (Massie, 1981). Sea como sea, este estado de confusión prolonga las hospitalizaciones con un mayor riesgo de complicaciones.
Causas principales. Las causas que pueden dar origen a un síndrome confusional pueden ser debidas a patologías diversas o por la acción de sustancias tóxicas, por ejemplo:
a) Enfermedades neurológicas: infecciones, hemorragias, tumores, traumatismos.
b) Enfermedades sistémicas, metabólicas, cardiovasculares, nutricionales, deshidratación, problemas tiroideos, neumonías, infecciones urinarias, dolor intenso y cuadros que cursen con fiebre.
c) Otras causas como fármacos, alcohol, anestésicos, retención urinaria, estreñimiento severo o fracturas.
Factores que contribuyen. Los problemas que tornan más susceptible a un adulto a cursar con un cuadro confusional son los problemas auditivos y visuales, la desnutrición, el insomnio, demencia, cirugías, cáncer o sida, la gravedad de su enfermedad, edad avanzada y los antecedentes de delirio previo.
Diagnóstico. Para llegar al diagnóstico el médico geriatra realizará una historia clínica y un examen minucioso del paciente; revisará la medicación que se la ha estado suministrando; estudiará los exámenes de laboratorio y gabinete; buscará datos de infección, deshidratación etc.; solicitara la interconsulta del medico neurólogo y el psiquiatra para el estudio completo del caso, si es necesario.
Manejo y tratamiento. En todo paciente adulto que presenta un cuadro de confusión debemos analizar los factores que predisponen y tratar de corregirlos. El tratamiento de las manifestaciones como las alucinaciones o la agitación dependerá de la intensidad. En un gran numero de casos, la causa es secundaria al exceso de fármacos por lo que habrá que eliminar quizás algunos o ajustar las dosis. Así que un manejo ideal es encontrar primero la causa de la confusión, corregir los síntomas y apoyar a la familia tranquilizándola con la mayor información posible.
El médico estudiará:
a) Los síntomas comunes: alteraciones de la conciencia, problemas de memoria, cambios emocionales, lenguaje alterado, variación vigilia-sueño, síntomas neurológicos.
b) Identificara las manifestaciones psíquicas y tranquilizara al paciente (con o sin fármacos).
c) Determinara la enfermedad de base.
Cuidados generales del paciente confundido. El adulto con confusión requiere del apoyo familiar que le brinde seguridad para enfrentar ese irreal mundo en el que se encuentra perdido; es un mundo imaginario en el que muchas veces nosotros mismos podemos ser desconocidos por él, y en algunos casos incluso puede sentirnos como una amenaza a su seguridad. La agresividad de estos pacientes es en la mayoría de los casos un reflejo de sus miedos y una reacción de defensa, por lo que es conveniente que más que medidas farmacológicas tratemos de darle seguridad de la siguiente manera:
1. Mantenga al enfermo en una habitación tranquila y sin ruidos.
2. Tenga encendida una luz suave por la noche.
3. Permanezca a su lado siempre o deje a otro familiar u amigo.
4. Vigile las funciones de hidratación, alimentación y excretas continuamente.
5. Analice las situaciones potenciales de riesgo; caídas etc.
6. Las medidas de sujeción solo deberán aplicarse como maniobras extremas; nunca de rutina y siempre por seguridad del enfermo .
7. Es importante tranquilizar a la familia con las máximas explicaciones posibles.
8. Evite la hospitalización y las cirugías electivas en pacientes con riesgo o antecedentes de delirios previos
9. No cambie nunca las dosis de fármacos (solo por prescripción médica).
10. Vigile constantemente las sondas (soluciones, oxigeno, urinarias) y prevenga que las pueda arrancar.
Los cuadros confusionales en los adultos mayores por lo general son transitorios y se resuelven en algunos días o semanas, sin embargo otros pueden evolucionar y causar un daño permanente por complicaciones; el diagnóstico y tratamiento de estos pacientes debe hacerse en un hospital; sin embargo, habremos de considerar una vez hecho el diagnóstico y determinado la causa, que los hospitales son de por si un factor que predispone al delirio en los enfermos con demencia; por lo que sugiero el alta temprana y su manejo vigilado en casa.
Diagnóstico diferencial. Deberá determinarse si se trata de un cuadro funcional o existe una enfermedad de inicio agudo o crónico (mas de 6 semanas) deberá diferenciarse de la demencia, esquizofrenia, trastornos del estado de ánimo e intoxicación por fármacos o alguna otra sustancia.
En algunos casos se puede tener delirio por una baja de azúcar en la sangre (hipoglucemia), los hay secundarios a una enfermedad respiratoria con disminución de la oxigenación (hipoxemia) en casos como las neumonías y también en anemias y envenenamientos por substancias tóxicas. De la misma forma se adquiere fácilmente en la época invernal secundario a una hipotermia o en cualquier infección en que la temperatura ascienda a más de 40°; no olvidemos el delirio por abstinencia de alcohol.
Resumen. El síndrome confusional en el adulto mayor representa una enfermedad crítica que ocasiona gran angustia y preocupación en el entorno familiar por lo precipitado de su aparición; para el médico especialista es un reto su diagnóstico temprano y la diferenciación de otras enfermedades comunes en la vejez como lo son las demencias. Este hecho lo debe llevar a examinar minuciosamente los antecedentes y la historia clínica del paciente. Así mismo, deberá evitar la tentación de sedar al paciente sin confirmar previamente la causa del mismo, de lo contrario podría precipitar un cuadro irreversible en una cascada de complicaciones que llevan al enfermo a la muerte. La familia deberá facilitar el entorno, permaneciendo tranquila y optimista; adquiriendo la mayor información de la enfermedad y brindándole al médico todos los antecedentes, recordando siempre que el mejor sedante para el enfermo es; la paciencia.
Notas
* Sobre el Dr. Villa Esteves: Médico especialista en geriatría, master en psicoterapia; Coordinador diplomado en geriatría de la Universidad de Guadalajara; Catedrático de la Universidad Autónoma de Guadalajara y UNIVA; Fundador del Colegio de Geriatría del Estado de Jalisco; Presidente de la Fundación Alzheimer Guadalajara .Jal México.


No hay comentarios:

Publicar un comentario